lunes, 31 de marzo de 2008

Los guays comen tartas de manzana

A partir de aquí encontraréis ciertos spoilers... no creo que les jodan la vida, pero luego no digan que no avisé...


Superbad (a.k.a Supersalidos) no es una película para todos los públicos. Y cuando digo esto, no me refiero a una clasificación basada en edades. Superbad es la evolución y aplastación de American Pie. Me explico: American Pie será o no un buen filme, pero es casi innegable que es la película teen por excelencia. Es una película que creó tendencia entre millones de jóvenes de la generación 80 más tardía. Sus diálagos y la frescura con la que trataba el sexo se convirtió en algo rompedor (pido disculpas a Frank'n'Furter porhaber dicho esto). Superbad va dirigida al mismo público que se desternilló con American Pie, a aquellos últimos ochenteros. Y es por ese motivo por el cuál Superbad no es una cinta para todos los públicos.

¿Qué tienen en común Superbad y American Pie? Bien, no es muy complicado darse cuenta: el
contexto. Es el último año de instituto de un grupo de jóvenes (dos amigos, en el caso de Superbad) antes de ir a la universidad. Por tanto, siguiendo la ley universal ficticio-americana deben montarse la juerga de su vida y hacer marranadas con chicas.
En American Pie, esta situación es
guay: van a entrar a la universidad y serás fiesteros y a tope (juas!).
En Superbad los dos amigos se enfrentan a algo realmente duro, algo para lo que no estan preparados: la
separación. Cada uno, Seth y Evan, iran a universidades distintas, lo que significa un cambio tan grande en sus vidas que se niegan a aceptar la verdad.

Sin embargo, al final de la cinta, los dos amigos, que se supone que ya han superado esa ansiedad, se separan antes de tiempo por una circunstancia que no esperaban, dándose cuenta de que pasan a un estadio nuevo de sus vidas. Atrás queda la vida adolescente: no llegan a convertirse en
adultos (¿quién es adulto?), pero sí evolucionan.

La historia de Evan y Seth es la principal de la película, pero también hay una que no merece menos atención:
McLovin y los policías. McLovin es el presente (aunque sea un chico feo, fracasado, espanta-todo y desagradable); los policías son el futuro. McLovin no quiere aceptar su condición de "gilí" (ave Simpsons); los policías no quieren aceptar que han crecido. Cuando estos tres personajes se encuentran, evidentemente, estalla una bomba de relojería.

Superbad es una película que hay que ver
sin prejuicios. No vale ir al cine, a la tele o al pc pensando: "¡una película con chistes guarros, como American Pie!" (que también). Hay que ver en Superbad una película que esconde mucho más allá de los chistes, que deja en evidencia los (buenos) valores de American Pie y esconde una agonía que posiblemente muchos hemos vivido y, como hacen los personajes, ninguno hemos admitido.

1 comentario:

Ryu_gon dijo...

Tengo muy buenas referencias de este film, pero no he tenido la suerte de verlo (todavía).

Supongo que hace más hincapie en lo que supone el salto a la edad adulta y el abandono del crío que llevamos dentro, que no en el tema sexual, como pueda parecer en primera instancia.

Saludos!