jueves, 12 de abril de 2007

Exagerando (e inventando) más que Gas Snake

Hoy les presento una entrada algo diferente a las que les tengo acostumbrados. Lean y opinen, por favor. Espero no crispar.

Gas Snake es de Terrassa, una ciudad cercana a Barcelona, que pertenece a Catalunya, que a su vez pertenece a España, que forma parte de Europa, etc., etc., etc. Lo cierto es que no me considero de ningún lugar en especial: sé que existo (eso espero), que vivo en una ciudad, situada en una comudidad, una región, lo que queráis llamarle, situada en un país. Esta zona es considerada por muchos como una nación, un país... No me importa, la verdad. Para mí es un sitio apacible donde vivir. Me siento bien aquí. (Me encanta escribir sin decir nada en concreto. ¿No se nota?).

No me gusta hablar sobre política y estas cosas, ya que mis conocimientos sobre estos temas pueden resultar limitados y poco justificados. Aún así, un documental-raro hecho por Telemadrid ha despertado mi carácter, por decirlo de algún modo, catalanista [matizo: no soy ni catalanista, ni españolista, ni de ciutadans (lo siento, Rivera)].
En dicho documental, llamado "Ciudadanos de segunda", Catalunya es presentada como un lugar autoritario, donde el castellano es una lengua minorizada, repimida, presionada a favor del catalán. Además, se insinúa, perdón, se afirma que todas aquellas personas no originarias de Catalunya, al no hablar catalán, se sienten discriminadas y aisladas de la sociedad catalana.

Bien, yo soy castellanoparlante (aunque también hablo catalán desde que tengo memoria) y jamás me he sentido discriminado por usar más el castellano que la lengua catalana. Esto no es una dictadura. Lamento mucho el concepto que se tiene (no todo el mundo; no estoy generalizando) de Catalunya desde fuera de esta zona; yo no lo tengo respecto al exterior de Catalunya (no pretendo "extranjerizar"). De hecho, si en Madrid se hablara alguna lengua además del castellano y tuviera que vivir allí, no me importaría aprenderla: creo que aprender lenguas es algo bonito y útil y, en este país, lo tenemos muy bien: ¡podríamos aprender hasta seis lenguas! (seguro que me dejo alguna, lo siento). Una lengua no tiene por qué separar: debería transmitirse para que todos ganemos sabiduría.
Después de esta parrafada me gustaría dar mi opinión (más opinión, sí): si existe un separatismo radicalizado y generalizado, no es por culpa de los ciudadanos, sino por culpa de entidades superiores (políticos, medios de comunicación). No nos dejemos llevar, somos superiores al poder (parezco V).

Mi intención en esta entrada de hoy no es dar ninguna visión política ni nada por el estilo, pero al vivir en esta zona geográfica del país, me siento afectado por los comentarios de TMadrid, que, en mi opinión, son unos maestros de la crispación excelentes.

Romperé un poquito el hielo con este video en respuesta a "Ciudadanos de segunda":
P.D.: El catalán no es tan difícil ni tan diferente del castellano; me cuesta creer que alguien se sienta profundamente discriminado.
P.D.2: Disculpen la (des)organización de esta entrada, pero ya se sabe... la emoción del momento).
P.D.3: I'm sorry, pero hoy no se me ocurre ninguna imagen para ilustrar este tema.

3 comentarios:

Aitor F. Vallespir dijo...

I avui, la recomanació de l'Ait:

LLIBRE
"Mentiras en directo"
Mariola Cubells

(Volia citar-lo, però no trobo la pàgina en què posaven verda a TeleEspe xD...)

Anónimo dijo...

¿Cómo decía esa canción infantil? Ah! sí! Ya me acuerdo:

"Ahora que vamos despacio,
ahora que vamos despacio,
vamos a contar mentiras, tralará,
vamos a contar mentiras, tralará,
vamos a contar mentiras."


El video: genial. ¿Cómo somos los catalanes eh? Haciendo propaganda de la lucha armada... ainsss.

Heil Montilla!! xD

Anónimo dijo...

"...los nacionalismos que miedo me dan...". Así reza un verso de "el extrangero" una canción de bunbury, y que ilustra un poco el tema. Creo que el lugar donde nacemos es única y exclusivamente fruto de azar,( si hubiera nacido en Marruecos por ejemplo, me llamaria Mohamed y sería musulmán )y por tanto, esto anula cualquier sentimiento de pertenencia a ningún sitio concreto, y en consecuencia, toda defensa ( o ataque ) desmesurada de este.

Soy un ciudadano del mundo( a falta de otros planetas habitables).